Receta de albóndigas en salsa picante
Prepara una cena inolvidable con estas albóndigas en salsa picante, fáciles y deliciosas
- 50 min
- 370 Kcal
¿Alguna vez has querido impresionar a tus invitados o a ti mismo con un plato que te haga decir «Wow, ¿realmente hice eso?»? Bueno, las albóndigas en salsa picante son tu pasaporte a la fama culinaria en tu propio hogar.
Este plato combina la comodidad de las clásicas albóndigas con un giro picante que despierta todos los sentidos.
No te preocupes, no necesitas ser un chef estrella para preparar esta receta; solo necesitas ganas de disfrutar y un poco de picardía en la cocina. Así que, ¡manos a la obra!
Cómo hacer deliciosas albóndigas en salsa picante
- 50 min
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370
Kcal
Albóndigas con un toque picante: una receta perfecta para los amantes del sabor intenso
Raciones 4
Calorías 370kcal
Ingredientes
- 500 g de carne molida mixta de cerdo y res, para más sabor
- 1 cebolla mediana finamente picada
- 2 dientes de ajo triturados
- 1 huevo
- ½ taza de pan rallado
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- Aceite de oliva
Para la salsa:
- 400 g de tomate triturado
- 1 cucharadita de chile en polvo
- 1 cucharadita de comino
- Sal al gusto
Elaboración paso a paso
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Mezcla la carne molida, la cebolla, el ajo, el huevo, el pan rallado, sal, pimienta y pimentón hasta formar una masa homogénea.
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Amasa bien con las manos y forma pequeñas albóndigas. Resérvalas en un plato grande.
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Calienta aceite en una sartén y fríe las albóndigas hasta dorarlas. Una vez hechas escúrrelas bien y reserva.
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En la misma sartén, añade el tomate triturado, chile, comino y sal. Deja que la salsa se haga a fuego lento.
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Reintroduce las albóndigas en la salsa y cocínalas unos 10 minutos más.
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Ya tienes listas unas súper albóndigas en salsa picante.
Tips maravillosos para tus albóndigas picantes
- Combina cerdo y res. Esta dupla es como la pareja ideal en una película romántica: se complementan perfectamente, logrando albóndigas jugosas y llenas de sabor.
- Si la mezcla parece un pantano, más pan rallado al rescate. Esto ajustará la humedad y evitará albóndigas desmoronadas.
- Ajusta las especias a tu gusto. La cocina es como pintar un cuadro, donde tú decides los colores (o en este caso, los sabores).
- Hazlas grandes o pequeñas, según tu antojo. Recuerda, en la variedad está el gusto.
- Un poco de queso rallado antes de servir y tus albóndigas pasan de ser nobles a realeza culinaria.
- Ajusta el picante de la salsa. ¿Eres un valiente del chile o prefieres la tranquilidad de lo suave? Tú decides.
- Sirve con arroz, pasta o incluso en un bocadillo. Las albóndigas son como artistas versátiles, se adaptan a cualquier escenario.
- Congela las que sobren. Así tendrás un tesoro escondido para esos días de «¿y ahora qué cocino?».
- A fuego lento las recuperas, manteniendo su textura y sabor como si estuvieran recién salidas del sartén.