Risotto de cebada y hongos: paso a paso
Sustituye el arroz arborio y prepara un rico, nutritivo y ligero risotto de cebada y hongos, una versión espectacular que te encantará
- 55 min
- 4 personas
- Fácil
- 300 Kcal
Hoy en Comedera te traemos un rico risotto de cebada y hongos, donde sustituiremos el arroz arborio por cebada perlada.
Este plato tiene una textura y un sabor espectacular, además es una versión saludable y nutritiva del risotto clásico.
La cebada, un grano ancestral con alto contenido en fibra, aporta un sabor terroso que complementa perfectamente los hongos y su preparación es muy sencilla. Además, utilizaremos cebolla, ajo, vino blanco seco, caldo de verduras o caldo de pollo, queso parmesano, mantequilla, aceite de oliva, sal y pimienta.
Si quieres un almuerzo diferente o sorprender a tus seres queridos en una comida de fin de semana, haz esta preparación y no te arrepentirás. Sin más, ¡comencemos!
Risotto de cebada y hongos: paso a paso
- 55 min
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4
personas
- Fácil
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300
Kcal
Ingredientes
- 1 taza de cebada perlada
- 250 gr de hongos frescos
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 1/2 taza de vino blanco seco
- 4 tazas de caldo de verduras o pollo
- 1/4 taza de queso parmesano (Opcional)
- 2 cdas de mantequilla
- 2 cdas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Perejil fresco para decorar
Elaboración paso a paso
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Limpia los hongos con un paño húmedo y córtalos en láminas. En una sartén grande, calienta 1 cucharada de aceite de oliva y saltea los hongos a fuego medio hasta que estén dorados y tiernos. Retíralos y resérvalos.
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En la misma sartén, derrite la mantequilla o calienta el aceite de oliva restante. Añade la cebolla y el ajo y sofríelos hasta que estén transparentes, unos 3-4 minutos. Agrega la cebada y tuéstala ligeramente durante 2 minutos, revolviendo constantemente para que no se queme.
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Vierte el vino blanco sobre la cebada y cocina hasta que el alcohol se haya evaporado y el líquido se haya reducido casi por completo.
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Añade una taza de caldo caliente a la mezcla de cebada. Cocina a fuego lento, revolviendo con frecuencia, hasta que el líquido se haya absorbido. Sigue añadiendo caldo, una taza a la vez, permitiendo que cada una se absorba antes de agregar la siguiente. Este proceso durará aproximadamente 30-40 minutos, hasta que la cebada esté cocida pero aún ligeramente al dente.
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Cuando la cebada esté casi lista, agrega los hongos salteados, mezclando bien. Cocina durante unos 5 minutos más para que los sabores se integren.
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Si lo deseas, añade el queso parmesano rallado para darle cremosidad. Ajusta el sazón con sal y pimienta al gusto.
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Decora con perejil fresco picado y un chorrito de aceite de oliva extra virgen antes de servir.
Tips para un risotto de cebada y hongos irresistible
- Para agregar más sabor, combina diferentes tipos de hongos, como shiitake, portobello y setas silvestres.
- No laves los hongos directamente bajo el agua, ya que absorberán demasiada humedad. Usa un paño húmedo o un cepillo suave para limpiarlos.
- Si tienes tiempo, preparar un caldo de verduras casero mejorará considerablemente el sabor del risotto.
- Unas gotas de aceite de trufa al final elevarán el plato a un nivel gourmet.
- Si deseas una versión vegana, puedes omitir el parmesano o sustituirlo por un queso vegano de almendras rallado.
- Para más color y frescura, agrega espinacas frescas o arúgula justo antes de servir.
- Si buscas un risotto más saludable, puedes omitir el queso y añadir un puré de coliflor suave o puré de calabaza para conseguir una textura cremosa sin grasa adicional.
- Si te gusta experimentar, puedes mezclar la cebada con quinoa o farro para añadir una textura diferente al risotto.
Más recetas con cebada
Como te comentamos anteriormente la cebada es un grano espectacular que tiene múltiples usos, en bebidas, como el agua de cebada, recetas dulces y saladas, por eso te recomendamos utilizarla en platillos o como sustitución de ingredientes que ya conoces.
Puedes hacer una ensalada de cebada con nueces o una ensalada de cebada y manzana, ambas opciones perfectas para complementar un almuerzo o como plato principal de una cena.
Una cebada con frutas para el desayuno es deliciosa, una forma de sustituir la avena sin sacrificar el sabor.