Descongela el pulpo la noche anterior en una olla mediana dentro del refrigerador.
Una vez descongelado y cuando llegue el momento de prepararlo, llena una olla grande con agua, agrégale una cebolla mediana, las hojas de laurel y una pizca de sal.
Cuando el agua esté hirviendo, vas a "asustar el pulpo" para que el animal no vaya a perder la piel cuando se esté cocinando.
Toma el pulpo por la cabeza e introduces los tentáculos en el agua por unos segundos cuidando no quemarte los dedos, lo sacas, y repites este proceso dos veces más (tres en total).
Una vez "asustado" déjalo cocinando en la olla durante unos 30-40 minutos, dependiendo de su tamaño.
Mientras tanto en otra olla más pequeña pon las patatas peladas y picadas a hervir. Cuando estén cocinadas las retiras del fuego.
Una vez esté cocinado el pulpo, sácalo del agua, déjalo reposar un rato y pícalo en trozos con un cuchillo o con una tijera de cocina.
Finalmente en un plato, o una tabla de madera, pon las patatas picadas y el pulpo, agrega sal marina, pimentón y mucho aceite de oliva.
Mezcla bien todos los ingredientes, y disfruta de un plato increíble de la gastronomía gallega.