Si los calamares son frescos, lávalos bien y sécalos con papel de cocina. Si son congelados, descongélalos completamente y asegúrate de que estén secos.

En un bol, mezcla el calamar con la salsa de soja, ajo en polvo, jengibre, sal y pimienta. Deja reposar 10 minutos mientras preparas el rebozado.

En un plato hondo, mezcla la harina y la maicena. En otro bol, bate el huevo. Pasa cada anilla de calamar primero por el huevo y luego por la mezcla de harinas, asegurándote de que queden bien cubiertas.

Calienta abundante aceite en un sartén profundo o freidora. Cuando esté bien caliente (unos 180°C, o hasta que una miguita de pan burbujee al instante), fríe los calamares por tandas para que no se amontonen. Cocínalos 2-3 minutos, hasta que estén dorados y crujientes.

Saca los calamares y ponlos sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Sirve inmediatamente con cebollín fresco picado por encima.