Corta las papas en bastones uniformes y déjalas en agua fría durante 30 minutos.
Mientras tanto, prepara la salsa gravy. En una sartén, derrite la mantequilla a fuego medio y sofríe la cebolla hasta que esté transparente.
Agrega el ajo y cocina por un minuto más, hasta que suelte su aroma.
Añade la harina y cocina por 2-3 minutos, moviendo constantemente. Este es el roux que espesará tu salsa.
Incorpora el caldo de res poco a poco, sin dejar de mover. Agrega el tomillo y la hoja de laurel.
Cocina a fuego medio-bajo hasta que espese, aproximadamente 10 minutos. Reserva caliente.
Seca bien las papas con papel de cocina. Calienta el aceite a 180°C.
Fríe las papas en dos tandas: primero a 160°C por 5-6 minutos, retira y deja reposar. Luego vuelve a freír a 180°C hasta que estén doradas.
Monta el plato colocando las papas calientes, cubriendo con el queso en trozos y bañando con la salsa gravy caliente.