En una cacerola a fuego medio, calienta el azúcar con el agua hasta que se disuelva y adquiera un color dorado.
Vierte el caramelo en moldes individuales o en un molde grande para flan, cubriendo la base de manera uniforme. Deja reposar.
En una cacerola, calienta la leche y la crema sin que hierva. Agrega las flores de lavanda y deja infusionar por 10 minutos.
Cuela la mezcla para retirar las flores y reserva.
En un tazón, bate los huevos, las yemas y el azúcar hasta que la mezcla esté homogénea.
Agrega poco a poco la leche infusionada con lavanda mientras sigues batiendo. Añade la vainilla.
Vierte la mezcla en los moldes con caramelo.
Coloca los moldes en una bandeja para hornear y añade agua caliente hasta la mitad del nivel de los moldes (baño María).
Hornea a 160°C (320°F) durante 45-50 minutos o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.
Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera al menos 4 horas antes de desmoldar.
Para servir, pasa un cuchillo por los bordes del flan y voltea sobre un plato.