Coloca la pechuga de pollo en una olla grande junto con los 2 litros de agua. Añade la cebolla, el ajo, la zanahoria y el apio. Estas verduras no solo le darán sabor al caldo, sino que también lo harán más nutritivo.
Lleva la olla a fuego alto hasta que hierva. Cuando veas que empieza a formarse una espuma en la superficie, retírala con una cuchara para que el caldo quede claro y limpio.
Baja el fuego y deja que todo hierva a fuego lento durante unos 30 minutos. Este tiempo es clave para que el pollo y las verduras suelten todo su sabor.
Saca la pechuga de pollo de la olla y desmenúzala en trozos pequeños.
Cuela el caldo si quieres un consomé más limpio y sin trozos grandes de cebolla o apio. Si no te molesta que tenga más textura, puedes dejarlo tal cual.
Vuelve a colocar el caldo en la olla y añade los fideos. Cocina por 5-7 minutos, dependiendo del tipo de fideos que uses, hasta que estén suaves pero no deshechos.
Añade el pollo desmenuzado de nuevo al caldo, ajusta la sal y la pimienta al gusto y cocina un par de minutos más para que todo se caliente bien.
Sirve el consomé caliente, decorado con un poco de perejil fresco si quieres darle un toque de color y frescura.